Vuelvo a escribir en este espacio después de muchos años, hoy ya no soy la chica que comenzó con este blog, soy otra mujer. Pensé mucho si era necesario volver a utilizar este espacio para contar lo que me pasa, lo que me gusta, lo que uso, consumo y pienso. Creo que sí, que es necesario. La pregunta ahora es saber qué voy a postear acá semana a semana y la respuesta es simple: lo que me pasa. ¿Qué me pasa? muchas cosas. Hay blogs o cuentas de Instagram que hablan de un tema: decoración, moda, vida saludable, fitness, animales, etc. Yo no puedo, tengo que hablar de todo, porque soy una conjunción de cosas particulares y me divierte contarlo.
Siento que a todas nos pasa lo mismo, nadie dedica su vida exclusivamente a algo, porque trabajamos muchas horas, pero también nos pintamos las uñas, pero además vamos al supermercado y a la verdulería y también pagamos los impuestos y hablamos con el plomero. No soy una cosa soy miles, porque hoy la mujeres somos multitasking.
Hay días que no me levanto con el ánimo de domadora de dragones y hay otros que monto a ellos para salir a comerme el mundo. ¿No les pasa lo mismo?
Más allá de todo esto, siempre me siento de la misma manera: una nena de 8 años con su mochila exploradora que se sube a olas de cosas complejas y muchas veces imposible sólo por curiosidad y para estar viva todo el tiempo, todo el día. Por más que me vista de adulta, soy eso: una niña pequeña y soñadora.
Vuelvo después de miles de desilusiones, dolores, rechazos y fantasmas. Luego de dejar de ser quien quería ser, luego de haberle regalado mi vitalidad a un noviazgo y mi creatividad a una empresa. Fui una sombra, fui una estrella, estuve en el cielo y en lo más profundo del dolor y la oscuridad, salí siempre airosa, me caí (me seguirá pasando, por supuesto), me levanté, lloré, me sentí sola, me sentí rechazada, me sentí amada, me sentí opaca y también sentí y siento que tengo que volver a reinventarme. Esto es caer y volver a levantarse, esto es todos los días, todo el tiempo.
El nombre del blog se lo debo a la película "Primavera, verano, otoño, invierno... y otra vez primavera" del director Kim Ki-duk, quise conservarlo, siento que genera aires de renovación, de esperanza de alguna manera.
Porque finalmente, a pesar de los veranos más sofocantes, los otoños más solitarios, los inviernos más crudos y fríos. A pesar de todo, siempre se vuelve a florecer y mucho antes de lo imaginado es otra vez primavera.
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