Y esta ahí con las manos en el volante, el cinturón bien tendido sobre su pecho como la banda presidencial y esa sonrisa que te regala cada vez que te ve. Despliega su sonrisa como la cola del pavo real, cada vez que quiere enamorar a su partenaire. Con sus ojos transparentes, brillantes, claros, verdes... Y en ese momento totalmente desconcertada por encontrarlo al volante, por esta ahí esperando por proteger a su hermana; a mi del mismo modo en que su sonrisa se ilumina, se me ilumina la cara, se me ensancha el pecho, se abre un puente entre él y yo, sin la obscuridad de la noche, sin la barrera de la distancia y del parabrisas. Dura sólo un instante y toda esa grandeza que me hace sentir sólo por sonreírme se expresa con un tímido saludo de mi mano, como un nene saludando a su señorita cuando se va del jardín, medio triste, medio contento por estar nuevamente con sus papás. Es así como me hizo sentir. Por el momento sólo me ilumina pequeños momentos...