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Mostrando las entradas de 2006

Despedida

Diciembre 12 de 2006 Como decir que huele a Quilmes, como se explican las luces rojas y verdes que dibujan el mítico Aranjuez, como explicarle a un chilote, a un pintense o a un catalán, lo que es Quilmes sino lo vivieron: es amado, odiado, querido, despreciado, todo en simultáneo, en vivo y en directo como la televisión. Es un día particular, asomo la cara por la ventanilla y siento un aire tibio, pero refrescante a la vez. Un apagón hoy, afecto a la ciudad de la rivera, a mi ciudad que a veces odio, pero nunca niego. Desde aquí se ve la gente sentada en sus balcones, algunas televisiones encendidas. Una señora hace sobremesa vestida de batón, con el sifón de soda, las migas sobre el mantel de hule y la tele prendida. Detrás de ella titilan unas lucecitas, titila la Navidad, que en esta ciudad nunca pasa desapercibida. Pero no es en el comedor de la casa de esta señora, a la cual podemos llamar Olga, que se vive la Navidad. Es un poco aquí otro poco allá, es una luz colgada de un ba

Sentir navideño

Y esta ahí con las manos en el volante, el cinturón bien tendido sobre su pecho como la banda presidencial y esa sonrisa que te regala cada vez que te ve. Despliega su sonrisa como la cola del pavo real, cada vez que quiere enamorar a su partenaire. Con sus ojos transparentes, brillantes, claros, verdes... Y en ese momento totalmente desconcertada por encontrarlo al volante, por esta ahí esperando por proteger a su hermana; a mi del mismo modo en que su sonrisa se ilumina, se me ilumina la cara, se me ensancha el pecho, se abre un puente entre él y yo, sin la obscuridad de la noche, sin la barrera de la distancia y del parabrisas. Dura sólo un instante y toda esa grandeza que me hace sentir sólo por sonreírme se expresa con un tímido saludo de mi mano, como un nene saludando a su señorita cuando se va del jardín, medio triste, medio contento por estar nuevamente con sus papás. Es así como me hizo sentir. Por el momento sólo me ilumina pequeños momentos...

Alejandro Boero - Reflexión

"Cuando el hombre es él mismo, es mejor persona. Y es lo suficientemente generoso para reconocer a otras buenas personas y les va a dar crédito para que crezcan. (...) La vida mejor conciste en ser fiel a uno mismo, no engañarse, no mentir y no disfrazarse de nada." Alejandra Boero

Letras - Números

El todo es más que la suma de sus partes . Es más corrector decir que el todo es más que la suma de sus partes, por q ue sumar es un procedimiento que no significa nada , mientras que la relación del todo y la parte significa mucho . Kurt Koffka

Me lo encontré en los aros

Viajar es un ejercicio beneficioso. La mente es estimulada constantemente por la observación de cosas nuevas y desconocidas. "Ninguna proposición me sorprende. Ninguna creencia me ofende. Los salvajes que asan y comen los cuerpos de sus muertos, no me escandalizan. Pero si quienes persiguen y matan a los vivos". Montaigne

San Pedro B - Lado B

Acá donde estoy la gente es distinta, no hay personas solas, no hay angustia, no hay soledad, no hay discriminación, no hay envidia. No sé si será el aire del río que te penetra en los poros, en el alma, la execiba cantidad de bicicletas que hacen a las personas menos sedentarias y más iguales (aquí el dueño del negocio y el empleado llegan los dos en bicicleta). O el olor a verde, a naranjo florecido, a pasto, a pileta Pelopincho en cada patio, jardín, parque de cada casa. Acá todos van al club, todos tienen novio/a, todos comen, todos pasean, eso sí siempre dentro de este pequeño mundo, que alguna vez pensé como mi lugar en el mundo (exactamente en el mirador con vista al río, a la isla, al cielo), aunque ya sé que no. En realidad es un lugar, dentro de otro lugar, sobre otro lugar, que encierra otro lugar... Infinito.

Neruda y París según Skármeta

(...) París es hermoso, pero es un traje que me queda demasiado grande. Además, aquí es invierno, y el viento revuelve la nieve como un molino la harina. La nieve sube y sube, me trepa por la piel. Me hace un triste rey con su túnica blanca. Ya llega a mi boca, ya me tapa los labios, ya no me salen las palabras. Ardiente Paciencia , A. Skármeta, 1985

Encuentros Casuales

Las gotas corrían por mi espalda siguiendo el camino de la columna vertebral. Pensé en salir afuera, ese lugar siempre es muy caluroso, pero al salir esa bocanada de aire frío que tanto esperaba, no llegó. El aire caliente recorría toda mi ciudad, toda por completo. Al llegar a la esquina una persona que en algún momento fue familiar para mi, para mi amiga. Él hizo que su nombre me sonara bello por su formas, por su vuelo, no sé tal vez por su belleza física. Ya lo había saludado dentro, ahora esta ahí un poco cambiado, pero la esencia que se refleja en los ojos era la misma, nos vuelve a saludar tan educado como acostumbran ser los chicos de buena familia. Sorpresivamente para mí, no tanto para mi amiga, nos cuenta como es el calor en su casa, de su soledad en la misma. Habla de sus vacaciones en el sur con la mochila en los hombros y sus amigos. Y la nombra a ella, casi como una extraña, o tal vez con melancolía, no habían pasado tantos meses desde que la tubo por última vez en su

Verdedes de Allende - Parte 1 -

( . ..) Ese día sin embargo, tuvo la tentación de tomarla por los hombros y sacudirla hasta ponerle los pies en la tierra y abrirle los ojos a la verdad. Pero al contemplarla junto al muro de piedra de su casa, con los brazos cargados de flores silvestres para sus ancianos y el pelo revuelto por el viaje en la moto, intuyó que esa criatura no estaba hecha para las sórdidas realidades. La besó en la mejilla lo más cerca posible de la boca, deseando con pasión permanecer a su lado eternamente para preservarla de las sombras. Olía a yerbas y tenía la piel fría. Supo que amarla era su destino inexorable. De amor y de sombra Isabel Allende, 1985.