Cuando decidí que quería ser periodista, tenía 9 años, no me acuerdo bien como fue, pero sé que era una convicción y que la iba a llevar a cabo sea como sea, si tenía que ser astronauta e ir a la NASA, para luego convertirme en periodista, lo haría. Obviamente que cuando me paré frente a mi madre (que siempre me creyó una volada) y le dije cual iba a ser mi profesión, me miró y me dijo con su tomo desacreditador que tanto odio: "Si, hija, si".
Pasaron los años y la necesidad de inscribirme a una carrera y los deseos de mis padres en tener una "hija universitaria", llevaron a elegir una carrera maravillosa, pero distinta a mi deseo. Pero me convencí y me dije: "Seré Cominicadora o Comunicóloga "(lo que es peor).
El machete imaginario del que me habló la primer clase de Sociología Pablo Martínez Sameck y la selva que es la UBA, llevaron a cansarme, a consumirme, a desbastarme, a sacarme de mi, a no ser yo; y decidí irme. No sé si la UBA me dejó, o yo la dejé a ella, o nos dejamos, pero sucedió.
Después de una largo recorrido por la universidad, me pregunto si me escondí detrás de la comunicación por no animarme a ser periodista, por que tengo miedo, por que desde la fantasía el mundo periodístico es inclemente y mezquino o por miedo a ahogarme, o tal vez como me dijo mi madre, por no ser una fracasada.
Ahora frené el carro, dije ¡basta!, me harté, me paré y deje, voy a cambiar, no sé como saldrá todo esto, al menos es la decisión que puedo tomar (que más allá de todo considero acertada) y como dice mi analista Augusto, "es la que puedo tomar, y la tomé".
"Serás lo que tengas que ser o no serás nada o seré periodista".
Pasaron los años y la necesidad de inscribirme a una carrera y los deseos de mis padres en tener una "hija universitaria", llevaron a elegir una carrera maravillosa, pero distinta a mi deseo. Pero me convencí y me dije: "Seré Cominicadora o Comunicóloga "(lo que es peor).
El machete imaginario del que me habló la primer clase de Sociología Pablo Martínez Sameck y la selva que es la UBA, llevaron a cansarme, a consumirme, a desbastarme, a sacarme de mi, a no ser yo; y decidí irme. No sé si la UBA me dejó, o yo la dejé a ella, o nos dejamos, pero sucedió.
Después de una largo recorrido por la universidad, me pregunto si me escondí detrás de la comunicación por no animarme a ser periodista, por que tengo miedo, por que desde la fantasía el mundo periodístico es inclemente y mezquino o por miedo a ahogarme, o tal vez como me dijo mi madre, por no ser una fracasada.
Ahora frené el carro, dije ¡basta!, me harté, me paré y deje, voy a cambiar, no sé como saldrá todo esto, al menos es la decisión que puedo tomar (que más allá de todo considero acertada) y como dice mi analista Augusto, "es la que puedo tomar, y la tomé".
"Serás lo que tengas que ser o no serás nada o seré periodista".
DL.-
Comentarios
Salud por los cambios!!
Vamos por mas, vos podes, disfruta el hoy, "carpe diem" el mañana ya vendra tan rápido que no vas a tener tiwmpo de disfrutar el hoy.
Bueno y ya que estamos con una copa.. tambien brindamos por el santo de Augusto que es tan convocado siempre.
Te extraño snif!