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Días de...


El viaje en el Clio, había sido tenso, personas que no hablaban, comentarios banales, conclusiones obvias, nada relajado, nada espontáneo.
Pasamos por un kiosco a buscar cigarrillos, y luego de un par de maniobras con el volante, estacionamos en el lugar de siempre, al lado de las canchas de jockey, en medio del pasto lleno de rocío y la neblina que impide la visión, panorama lógico, si hablamos de un fin de semana en pleno julio.
Nos bajamos, entramos, estaba vacío, no había mucha gente, sólo algunos con vasos de fernet en la mano, las pantallas aún sin imágenes. Y la gente: en postura, ausente, preparados para no ser ellos, para disimular, para aparentar, simplemente, para ser uno más.
Uno más, de la idiotez, de la trivialidad, de los descerebrados, ¡gracias!, yo paso, a mi me motivan otras cosas, seré de otro mundo, pero al menos soy yo, quien quiero ser.
Poco a poco nos convertimos en cientos, cada vez más próximos, pero al mismo tiempo la lejanía era alarmante, detestable.
Uno al lado del otro, amontonados, muertos de calor, las vasos te pasaban por sobre las cabeza, los tacos apuntaban justo en medio de tus pies, todos de mal humor, todos irritados, pero la postura, jamás se perdió.
En las pantallas imágenes retro, que no son las de Soda Stereo, sino unas ochentosas, que después de verlas por vez veintitrés resultan hasta violentas.
Todo transcurría lento, pegajoso, insoportable. De repente las llaves del Clio salieron de una cartera y las intenciones fueron otras, la decisión rápida y los saludos efusivos.
Mucho después aparecieron las Discípulas de Gandhi.

Comentarios

Anónimo dijo…
No sé por qué pero creo que una historia verídica... y conocida por todos/as.

Saludos
Humanoide dijo…
Uf... qué engorro.
Antes prefiero ir al dentista.
Dalma Longo dijo…
Dragón: Todo lo que escribo tiene algo de verídico. Y sí, me pasó a mi el día del amigo, ¡que aburrido es mi contexto últimamente por Dios!

Humanoide: El dentista es doloroso, esto es aburrido, llano.

Gracias por sus visitas caballeros.

Atte.
Dal.-
Anónimo dijo…
¿El día del amigo? Yo tengo la costumbre de llegar a fin de año peleándome con la gente con la que pasé el dia del amigo, no sé cómo explicarlo pero siempre me pasa,por eso mismo este opté por no salir. ¿Me pelearé conmigo mismo este año?

Saludos
Dalma Longo dijo…
A mi me pasa Dragón, me peleo conmigo misma de tanto en tanto, y me levanto con mi peor cara, y ni yo me soporto.
También a menudo me peleo con mis amigos, que no sé si son los mismos con los que paso el día del amigo.
Pero... como la amistad requiere de una cosa básica que es la incondicionalidad, al tiempo todo vuelve a ser como siempre.

No hay que pelearse, hay que ser feliZ!

Slds.
Dal.-
Anónimo dijo…
ultimamente la incondicionalidad sólo la encuntro en las palabras...

Saludos
Anónimo dijo…
ultimamente la incondicionalidad sólo la encuntro en las palabras...

Saludos
Dalma Longo dijo…
Dragón: Si, las palabras son incondicionales, pero también quien las pronuncia lo puede ser. Hay que confiar en el otro.

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