
Descubrí a Mario Casas en una película pequeña y entrañable dirigida por el argentino Marcelo Piñeyro (Caballos Salvajes/Cenizas del paraíso) se titula Ismael. Una actuación fresca, tierna con una coequiper de lujo: Belén Rueda (El Orfanato). Resulta que este joven actor era re famoso por hacer películas que a las adolescentes les fascinaban: Tres metros sobre el cielo y Tengo ganas de tí. Yo ya no era adolescente y no todo el mainstream de España llega a Buenos Aires o simplemente no era target. Igualmente, como nunca me quedo con la duda de nada, esa misma noche miré las dos películas y mil entrevistas por YouTube para saber quién era ese actor por el que las españolas morían. Pasaron un par de años y no supe mucho más, hasta que éstos últimos meses me encuentro con dos películas bien distintas: El Bar (del amado y venerado Álex de la Iglesia -acá somos muy fan de él-) y Contratiempo (Oriol Paulo). Me detengo en la última porque hace un par de semanas está disponible en #Netflix y me quedé muy sorprendida por la madurez interpretativa que consigue Casas en este film. Tiene una partenaire inmejorable, Ana Wagener con la que comparte gran parte de las escenas. Durante toda la película no podes bajar la guardia ni un sólo segundo. Es una excelente película de suspenso que vale la pena mirar. Y sobre todo descubrir a un Mario Casas, a mi punto de vista, una interesante etapa de su actuación.
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